Cuando ha llegado tu momento,
decides escapar.
Todo es demasiado cercano,
quieres correr.
Después te arrepientes, sí
Pero eres así.
No puedes evitar no huir.
No puedes atarte,
eres débil.
Tan débil
que serías una esclava de lo que sientes.
De todo de ella.
De todo de él.
Pero ya me cansé.
Ya no podría seguir corriendo.
No tengo ganas.
Me apetece quedarme
y
simplemente estar,
Porque me he rendido
ante tí.
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