Su vaivén parecía dar paso a pequeños torbellinos, de revolución, de besos entrecortados.
Y me permites entrar en ti.
Te toco, te siento.
Tus entrañas son de acero,
tus venas son el único hilo que te mantiene aquí.
Tus labios saborean la victoria,
yo te miro desde abajo y presiento el fin.
Impávida, me tiendes tu mano.
Puedes aplastarme si quieres,
ya nada parece tener sentido.
La expresividad de un momento mudo.
Aún queda lo mejor,
todo por soñar. Todo sigue fluyendo.
sábado, 25 de agosto de 2012
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