Sostén mis manos, mis tripas, mis dedos.
Sostén mi alma, que es fría.
Frío como el hielo de invierno, de Siberia, de Madrid.
Sostén mi pies, que son barro,
mi pelo que son algas,
mis ojos que son luciérnagas.
Caballito de mar salen de mis poros,
revolotean en mi pelo,
anidan en mis pestañas y construyen casas de burbujas marinas.
Sostén mi pureza, que es sangre,
Sostén mi carisma, que es escudo,
Sostén mi cuerpo, entero, tuyo, mío, tuyo.
Estrellas de mar me ventosean la piel,
Quieren que me convierta en algo suyo,
pero yo no quiero, no quiero ser agua, no mar, no nada.
Sostén este alma, este alma que se desvanece con la marea.
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