De vez en cuando, reparo en que ya no estás, y mis manos comienzan a congelarse, como si hubiera llegado una ráfaga de aire frío y lo congelara todo, todo el calor, toda la vida.
La vida que late y que tu ya no sientes. La sangre que jamás volverá a fluir, los pensamientos embotellados. Lágrimas arrinconadas.
Trazo una línea de mi a ti y tiendo una cuerda, al cielo cercano, pensando en que en algún momento alguien (tu) la agarrará y volveré a sentir el calor en mi cuerpo.
No entiendo la fragilidad, hace tiempo que comencé a no sentir. Desde entonces, lágrimas.
Necesito volver a sentir(te).
Necesito volver a crear(te)
Necesito volver a ver(te)
Necesito, necesito, te necesito.
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