No voy a pretender ser sarcástica, solo decir la verdad. Decir que vivimos en un país de hipócritas sería recalcar lo obvio, pero recalcar lo obvio hasta la saciedad es como ir de pro, ¿no?. Yo no quiero ser pro, yo quiero ser pro-xeneta de ideas, joder. Al fin y al cabo todos creemos que somos especiales en algo, ya sea escribiendo, cantando o tocando la flauta.
En realidad nos creemos muy guay anunciando la nueva venida de una máxima divinidad en el mundo del pop, del rock o de su madre en bolas; o de la autoridad del submundo bloguero porque se ha leído todo el tostón literario ruso del siglo XIX. Mierdas.
Todos somos iguales. Todos vamos al morbo fácil. Nos dicen que la chupamartillos tiene un nuevo vídeo en el que sale en bolas y lamiendo cosas, y lo vemos. Es lo primero que hacemos al llegar a casa.
Después, criticar. Con razón o no, pero criticar. El mundo se basa en eso, ¿no?. Criticar y aplacar ideas, buenas o malas, para dar cabida a otras diferentes que se van superponiendo dependiendo de la calidad del razonamiento y calidad de reputación de quien las haya dicho. En fin, la misma mierda con distinto olor.
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
No hay comentarios :
Publicar un comentario