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sábado, 24 de diciembre de 2011

24D

Yo no vivo, yo ardo,
yo no lloro, yo lluevo,
yo no escribo, yo destilo.
Y así todo el tiempo.



Feliz Navidad

lunes, 12 de diciembre de 2011

Un "te quiero" vacío.
Lágrimas muertas mojan mi cara.
Ya no es lo mismo. Toda ha cambiado.
El cielo que ayer nos observaba, hoy nos da la espalda.
Porque todo es distinto.
Ya nada huele igual. Ya ni la gente es la misma.
Mis pasos no pesan igual.
Pesaban menos, ahora más.

Mi corazón se movía a un único compás, el tuyo.
Ahora no alcanzo a comprender por dónde nos ha llevado la vida,
pero me gusta,
mis pies me siguen guiando,
continúan su camino
y me gusta por donde me llevan.

Vendas que se caen
y se deshacen nada más caer al suelo.
Cielo azul,
mundo fácil.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Y sin más, me quedé helada.
No corría la sangre en mis manos, ni en mis piernas. No corría. No sentía.
Sentir es algo bello, pero no sentir... a veces también lo es.
No sentir miedo, no sentir frío, no sentir amor.
En ese momento no sentía nada. No sentía ni lo más remoto de lo que llegué a sentir.
No pestañeé durante 5 minutos. No respiré. Me limité a observar.
A observar qué frío se ha vuelto todo, pero no lo siento.
A observar que ciega estaba, pero no lo sientía.
A observar cómo hemos cambiado, y ahora lo siento.
Jamás me arrepentiré de ninguna mínima decisión que he tomado.
Como ayer me dijo Alba, "Nunca es tarde, Elena"
Eso es lo único que quiero sentir ahora. Que nunca es tarde.

jueves, 8 de diciembre de 2011

No se porqué, pero lo hago.
No sé. No pienso. No siento. Si siento.
Te echo de menos.
No te veo y te echo de menos.
No estás y te echo de menos.
Ya no sientes y te echo de menos.

Y ahora es cuando me da por leer post que escribimos. Post que escribiste.
Post que no debería leer pero lo hago.
Porque,
Te....

domingo, 4 de diciembre de 2011

Letargo

Los instrumentos soplaban lamentos, Caperucita,
entre la paciencia y el nervio avanzaban.
La castañera pelaba boniatos
y un olor a carbón invadía las calles,
que sigilosamente andaban.
Cantaban los pájaros su despedida,
Otoño había llegado y con él
la melancolía del Verano.

La gente bajaba a los túneles
envueltos por Viento,
que subía corriendo escaleras
perseguido por Metro,
que cada tres minutos vaciaba los andenes.
Y así la familia Metro al completo
transportaba a la gente de hogar al trabajo
y del trabajo al calor del hogar, continuamente.

Recuerdo, andaba tras Pasado y Presente,
su hermana Melancolía caminaba, dulce y amarga.
Pasado tras Presente eternamente y Futuro al frente,
misterioso y enigmático, siempre con permiso de Tiempo,
sinónimo de cambios y soplaban vientos.

Por fin llegó la Primavera y los niños amapola,
la música triste se llenó de color
y la ciudad entera salió a las calles a saludar a Sol.
Los días se alargaron y con ellos perdió el sentido esta canción,
gris y desencantada.
Hasta el próximo Invierno hermanos y hermanas.