B.

Me daba asco. Sólo pensar en ello me daba asco.
Ójala aquello hubiera sido real, pero ahora creo que no lo fue. Todo lo vivido, todo lo sentido, nada fue real.
Me daba asco pensar que me tocó. Pensar que follamos. Pensar que nos quisimos.
Ahora lo veo todo tan lejano... Ilusión perpetua.

No estoy bien. No he vuelto a estarlo desde que todo acabó.
Nuestra no-despedida se clavó en mi corazón como un puñal y creo que desde entonces no he podido sacarlo.
Y sigo sin entender qué pasó. Porqué las cosas tan perfectas tienen a torcerse. Un punto de inflexión que no sabes que va a llegar, pero que cuando lo hace, es inevitable.

Fue inevitable sentirme culpable, fue inevitable huir. Inevitable morir de amor.
Porque ahora sé que se podría morir de amor.
Lo siento.
Siento que las cosas hayan salido así, pero, ¿qué decir?
No supimos querernos. Nuestro destino era otro. Y ahora me alegro de haber seguido descubriéndolo sin tí.


Dedicado a mi gran amiga B.